martes, 1 de septiembre de 2015

"Escoto: La Matricula Debe ser Gratuita para Evitar la Deserción"

El Ministro de Educación En Honduras Afirma que "La matricula Gratis busca evitar la Deserción Escolar"


Desempleo Juvenil y Deserción Escolar En Honduras

La Recopilación de dichos datos llegan a cifras alarmantes en nuestro pais, para conocer a fondo esta problemática analice usted mismo al ver el siguiente video investigativo.

 

domingo, 30 de agosto de 2015

Deserción Escolar en Honduras 2010-2015

Deserción escolar en Honduras


Para entender bien a que nos referimos cuando hablamos de deserción escolar hay que definir el termino, la deserción escolar son todos aquellos alumnos que abandonaron las actividades escolares antes de terminar algún grado o nivel educativo.






En honduras como en la mayoría de los países latinoamericanos se registraron avances en el pasado decenio en cuanto al acceso a la educación primaria, y, en menor medida, respecto de la cobertura de la secundaria. En efecto, las tasas de asistencia a la educación primaria en los últimos años se elevaron hasta niveles superiores al 90% en gran parte de los países, y en la secundaria llegaron a bordear el 70%.




Pese a ello, subsisten importantes deficiencias y retrasos en materia educacional, pues una proporción muy elevada de niños y niñas sigue abandonando tempranamente el sistema escolar y un alto porcentaje de los adolescentes que transitan del ciclo básico al medio desertan de este antes de completarlo, sin haber alcanzado el capital educacional mínimo y las destrezas requeridos para mantenerse fuera de la pobreza durante la vida activa, incumpliéndose así los derechos a la educación consagrados en las declaraciones internacionales pertinentes.



Educación en Honduras

Honduras tiene el sistema educacional más atrasado de Centroamérica: pues apenas 32 de cada 100 estudiantes logran terminar la primaria sin repetir grados, indican estadísticas de Naciones Unidas. Datos del Programa para el Desarrollo de la Organización de Naciones Unidas (PNUD) revelan hoy, además, que el 51% de los matriculados termina la primaria con un promedio de 9,4 años y que los niveles de deserción escolar cada vez son más elevados. El más agudo problema es que el sistema educacional básico sólo cubre al 86,5% de quienes están en edad escolar, mientras el 13,5% restante no puede acceder a la enseñanza. Aunque la Constitución Hondureña estipula de modo formal que los menores deben ser atendidos por los servicios educativos, muchos arriban a la mayoría de edad analfabetos, mientras el Estado trata de justificarse con la insuficiencia de los recursos a su alcance. El analfabetismo abarca a más de medio millón de personas en este país, es decir, casi el equivalente de toda la población mayor de 15 y menor de 40 años.




Según datos recientes de indicadores de eficiencia educativa, por cada mil alumnos matriculados en el primer grado, sólo 292 (29%) completaron la escuela primaria en seis años y 468, es decir, un 46%, no lograron llegar al final. Mucho más preocupante resulta el panorama universitario, en el cual la tasa de aprobados no logra sobrepasar el 20%, incluso, en centros como la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).




Algunas de las causas de la deserción escolar


La deserción escolar es, por lo tanto, el resultado de un proceso en el que intervienen múltiples factores y causas, algunos de los cuales son característicos de los niños y jóvenes y de sus situaciones socioeconómicas (factores extraescolares), y de otros más asociados a las insuficiencias del propio sistema educativo (factores intraescolares).

Los antecedentes que se presentan a continuación proveen evidencias sobre la magnitud del abandono escolar de los adolescentes antes de completar el ciclo secundario en 18 países de América Latina, y de sus cambios durante la pasada década, basados en datos de encuestas de hogares.

La información disponible indica que actualmente cerca del 37% de los adolescentes latinoamericanos entre 15 y 19 años de edad abandonan la escuela a lo largo del ciclo escolar, y casi la mitad de ellos lo hacen tempranamente, antes de completar la educación primaria.


1.- La insuficiencia de ingresos en los hogares y los diversos déficit de bienestar material de los niños y adolescentes de estratos pobres constituyen factores decisivos para la mayor frecuencia de su retraso y de su abandono escolar, si los comparamos con los de hogares de ingresos medios y altos. Las hondas disparidades de tasas de deserción escolar entre distintos estratos socioeconómicos contribuyen decisivamente, y desde temprano, a la reproducción de las desigualdades sociales.


2.- La escasez de recursos públicos y una insuficiente y poco equitativa oferta en el orden educacional, tanto en cantidad como en calidad. También la necesidad de mejorar los ingresos familiares obliga a muchos niños a dejar la escuela para dedicarse al trabajo, generalmente de forma permanente.


3.- El retiro escolar definitivo rara vez es un evento inesperado; se presenta más bien como una cadena de hechos que van elevando el riesgo de deserción a medida que se avanza en edad y se experimentan crecientes dificultades de rendimiento y de adaptación, especialmente cuando se transita del ciclo primario al secundario.



4.- El trabajo o la necesidad de este como agente desencadenante del retiro escolar, sin precisar si se produce una progresiva incompatibilidad entre la inserción laboral temprana y la asistencia y el rendimiento escolar, o si la deserción escolar es una condición previa al desempeño laboral.

5.- el consumo de alcohol y de drogas, las situaciones de violencia y el embarazo adolescente como problemas generalizados de la juventud, que serían manifestación de su alto grado de «anomia», y que facilitan el retiro escolar.


  • Otras causas de deserción escolar son:


  1. La falta de contención familiar y la baja autoestima, 
  2. problemas familiares, 
  3. bajo rendimiento, 
  4. falta de interés, 
  5. realización de quehaceres del hogar, 
  6. problemas de conducta, 
  7. autoritarismo docente, 
  8. huelgas, 
  9. paros de labores,
  10. otras razones: discapacidad, servicio militar, enfermedad o accidente, asistencia a cursos especiales, etc.



Factores que pueden contribuir a reducir la deserción escolar.


  1. El aumento de la cobertura de la matrícula preescolar, que mejora el rendimiento de los niños en los primeros años de primaria y reduce la repetición. 
  2. La introducción en algunos países de sistemas de promoción automática durante la enseñanza primaria o en los primeros años de esta reduce la extraedad, factor muy asociado al abandono escolar.
  3. La iniciación, ampliación y mayor focalización de los programas y subsidios orientados a mejorar la retención escolar a través de becas, entrega gratuita de materiales escolares y programas de alimentación escolar, sobre todo en las zonas rurales donde la deserción en la primaria era muy abultada a comienzos de la década. 
  4. El mejoramiento de la infraestructura escolar y de la disponibilidad de escuelas en zonas rurales apartadas.
  5. Finalmente, una mayor valoración por parte de los padres y de los propios estudiantes de la educación como principal o único capital capaz de mejorar las oportunidades de acceso a los empleos urbanos, que se ha expresado en un creciente involucramiento de los cabezas de familia, en un mayor incentivo para su participación en actividades de la escuela, y, sobre todo, en el seguimiento de la situación escolar de los niños.



  • Este vídeo nos demuestra lo atrasados que estamos en educación y lo mucho que nos hace falta para alcanzar esos niveles, la población va en aumento y la deserción escolar también aumenta; y el interés del Gobierno solo queda en palabras y no en hechos.


                                


Los programas sociales destinados a reducir el abandono escolar temprano debieran ocupar un lugar prioritario en las agendas de los gobiernos de la región. Los esfuerzos destinados a elevar los índices de retención en la primaria, junto con el mejoramiento de la calidad de la educación, son decisivos para el cumplimiento de los «Objetivos de Desarrollo del Milenio». Ellos no sólo contribuirán a alcanzar las metas educacionales aprobadas por los gobiernos para el año 2015 (universalización de la educación primaria) sino que son una condición necesaria para reducir las desigualdades y para lograr objetivos más exigentes en materia de mejoramiento de la calidad de los recursos humanos en Honduras y América Latina.


No menos importante es la consideración de que la disminución drástica del número de niños y niñas que abandonan la escuela antes del término del ciclo básico o una vez completado este, es la principal vía para evitar el trabajo infantil y para cumplir con los acuerdos internacionales en esa materia consagrados en la Convención de los Derechos del Niño.


Sin embargo, los esfuerzos para evitar la deserción escolar a fin de que los jóvenes de hoy puedan alcanzar mayores niveles de educación y unos ingresos laborales futuros más altos que les permitan mantener a sus familias fuera de la pobreza, no rendirán plenamente sus frutos si las políticas educacionales –cuyos efectos potenciales sobre el bienestar y la equidad son a largo plazo– no van acompañadas de una dinámica de generación de empleos de calidad y de una adecuada protección social que permitan absorber productivamente las mayores calificaciones ofrecidas. La creciente coincidencia entre la estructura de la oferta y la demanda laboral, en un contexto de crecimiento de la productividad y de los ingresos, es la condición para que el aumento del número de años de estudio de los jóvenes se retribuya adecuadamente y se evite.

San Pedro Sula, la ciudad con mayor deserción escolar en Cortés


En lo que va de 2014, las cifras de escolaridad no son nada favorables para San Pedro Sula y el departamento de Cortés.

Según la matrícula consolidada obtenida por medio del Sistema de Administración de Centros Educativos (Sace), este año hay menos estudiantes en las aulas de clase en comparación con 2013.

En el departamento de Cortés se tiene un registro de 375,528 alumnos en todos los niveles, es decir 8,388 menos que el año pasado, con un total de 383,916.

En la ciudad industrial, donde hay la mayor deserción de los 12 municipios, un total de 101,534 estudiantes de todos los niveles del sector oficial ingresaron este año a clases. En 2013 hubo 730 más, es decir 102,264.

Esta problemática viene en ascenso, pues en 2013 se reportó una baja de 6,529 alumnos y ahora, a pocos meses de terminar 2014, hay 8,388.

Las intenciones de frenar la deserción han sido truncadas por la Secretaría de Educación y, según expertos, se debe principalmente a los grandes problemas sociales del país que no han sido resueltos.

“Debemos mirar cómo las zonas rurales han incrementado el trabajo infantil. También cómo, en la urbana, los menores que no trabajan ni estudian lo hacen más que todo por el aspecto económico. Una buena solución es el seguimiento permanente de los padres de familia por las autoridades para que vean la obligación de educar a sus hijos”, dijo Javier Mejía, vicerrector de la Universidad Tecnológica de Honduras.

Factores

Según las autoridades de Infotecnología de la Dirección Departamental de Educación en Cortés, tres factores determinantes influyen para que los niños y adolescentes dejen las clases. “El primero es la migración y esto se ha visto claramente en los últimos días; también influye la violencia causada por el crimen organizado y el trabajo infantil es el otro factor”, explicó Rony Ventura, coordinador de Infotecnología.

Los propios directores de los centros educativos dan esta información; al subir los datos al Sace explican los casos que sufren con su población estudiantil, ha explicado la Secretaría de Educación en muchas ocasiones.

Esto concuerda en voz propia con los directores de la zona norte de Honduras, quienes afirman que en general la crisis económica ha alejado a los menores de la educación.

Solución

“Muchos padres de familia nos comentan que no pueden enviar a sus hijos al colegio porque el dinero no les alcanza”, comentó José Antonio Alas, subdirector de la directiva docente de Cortés.

Asegura que en los últimos dos años se ha dado el fenómeno de que “los estudiantes entran a clases presenciales, pero a los pocos meses piden traslado para la jornada nocturna e Isemed (educación a distancia) porque los padres los ponen a trabajar”. Para Alas, la primera solución para erradicar la deserción es la verdadera implementación de fuentes de empleo que ayuden a neutralizar la crisis económica.

Las autoridades de la Departamental de Educación de Cortés aseguran que las estrategias para que los niños no abandonen su centro de estudio se han multiplicado en los últimos tiempos como contraparte, pero no depende solamente de eso.

“Cada centro educativo se las arregla para hacer que regresen aunque sea tres días a la semana. Tenemos merienda, canastas de alimentos, visitas médicas y otras cosas”, reveló Dora María Andino, directora departamental de Educación de Cortés.

La educación en Honduras

Numerosos estudios e investigaciones han demostrado que la educación, además de jugar un papel fundamental en el crecimiento económico de los países, es la mejor estrategia para reducir la pobreza y la desigualdad social. Reporta también efectos positivos sobre la salud de las personas, la disminución de la criminalidad y la promoción de los valores democráticos.
Desgraciadamente, y a pesar de lo estipulado en su Constitución, el sistema educativo hondureño se sitúa a la zaga en América Latina y el Caribe, proporcionando cobertura educativa solo al 70% de los niños y adolescentes en edad escolar. Como consecuencia, el analfabetismo afecta a más de medio millón de personas, siendo su incidencia mucho mayor en las áreas rurales y entre las personas de mayor edad.

Tasa de Analfabetismo por dominio

El otro problema grave del sistema educativo hondureño es la elevada tasa de abandono escolar. Sólo un 33% de los niños terminan la enseñanza primaria y tan sólo un 7,5% de los adolescentes termina la secundaria para poder acceder a una educación superior.  La causa fundamental de este abandono es la pobreza de las familias y el escaso nivel de instrucción de los padres.  Téngase en cuenta por ejemplo que, al comienzo de curso, el gasto medio en matrícula, uniforme, zapatos y útiles escolares asciende a unas 1000 lempiras. Si consideramos que el ingreso medio en una familia de bajos recursos puede rondar las 800 lempiras y que siempre existen varios hijos en edad escolar,  se puede fácilmente entender que estudiar, para estos niños, es un sueño inalcanzable.
Además, a pesar de considerarse pública la enseñanza, los bajos recursos con que cuentan las escuelas hacen que durante el año se exija a las familias una serie de gastos que rondan las 300 lempiras al mes: fotos, graduación, vigilancia de la escuela, limpieza, pintura y mantenimiento del centro, materiales para manualidades, equipo deportivo, visitas escolares. Ante esta situación, los padres de familia no encuentran otra alternativa que sacar a sus hijos de la escuela.
Como consecuencia, el 20% más rico de la población estudia un promedio de 10,5 años frente a los 6,5 años del 20% de población más pobre con lo cual el círculo de la pobreza se repite. Es esencial que la población más desfavorecida aprenda no solo a leer y a escribir sino que desarrolle habilidades y destrezas fundamentales que les sirvan como herramientas para romper con la pobreza estructural.

Educación de calidad y protección de la infancia y adolescencia

Acceso a una educación de calidad y protección de la infancia y adolescencia componen la segunda área del Programa de Cooperación 2012-2016. Se constituye en base a varios proyectos:
Acceso a una educación de calidad

© UNICEF Honduras/2011/González
El programa contribuirá a lograr la meta del 85% de acceso a la educación preescolar para las niñas y niños de cuatro y cinco años mediante abogacía a nivel familiar, local y nacional. A día de hoy, esta tasa de asistencia preescolar es de sólo un 45%, y es aún más baja entre la infancia que vive en zonas rurales.
También contribuirá a aumentar la cobertura de matrícula escolar del 90% a un 93%, favoreciendo la estrategia de descentralización de la educación y velando para que ésta no aumente las disparidades geográficas. El país debe aunar esfuerzos para alcanzar esta meta mediante la estrategia de Educación para Todos, que cuenta con importante apoyo internacional.

Se hará hincapié en la identificación e incorporación de niñas y niños excluidos del sistema educativo -que actualmente son casi 117,800 y constituyen el 6 % de la población total en edad escolar-, quienes residen en zonas rurales y trabajan, quienes provienen de pueblos indígenas y quienes tienen algún tipo de discapacidad. El ‘Informe estadístico de población escolar con discapacidad y necesidades educativas especiales’ (2010), indica que solamente el 43% del total de niñas y el 57% de los niños con discapacidad se encuentran dentro del sistema educativo.

Para promover la retención escolar de la población infantil indígena, se favorecerá el establecimiento y desarrollo de un entorno pedagógico intercultural bilingüe. Se promoverán alternativas flexibles para asegurar la continuidad del derecho a la educación de niñas y niños que trabajan. Se promoverá la incorporación al sistema educativo de al menos 16.564 niñas y niños con discapacidad, que actualmente están excluidos del sistema.

La adolescencia hondureña tiene limitado acceso a la educación, ya que solamente seis de cada diez estudian. Su temprana inserción en el mercado laboral les excluye de oportunidades educativas y de otras ventajas sociales. En promedio, comienzan a trabajar a los 14,3 años de edad, particularmente en el sector rural.

Se contribuirá a poner en vigencia un sistema nacional de certificación de calidad de los establecimientos escolares. En 2016, se contará con una política nacional de mejoramiento de la calidad de la educación por medio de la descentralización, con un enfoque incluyente. Se contribuirá igualmente a mejorar la calidad, oportunidad y confiabilidad de la información estadística del sistema educativo y al mejoramiento continuo del Registro Nacional Escolar.

Protección de la infancia y adolescencia frente a la violencia, abuso, trata y explotación

© UNICEF Honduras/2010/Salgado
El programa abordará la violencia social, el abuso, la explotación y la trata de personas que afecta especialmente a la población adolescente, para prevenir los efectos negativos en su desarrollo, y acompañará la puesta en marcha de un sistema especial de justicia penal. Contribuirá a formar una imagen social positiva de la adolescencia, a nivel nacional y local, destacando su derecho irrenunciable a la educación como factor para potenciar su desarrollo físico, mental y ciudadano. Se incluirá a la adolescencia indígena y sus características particulares.
La población joven y adolescente es, frecuentemente, quien sufre la violencia en mayor medida: casi la mitad de las víctimas de los homicidios ocurridos entre 2007 y 2009 tenían entre 15 y 29 años. Un promedio de siete jóvenes murió cada día debido a la violencia durante 2010. Un estudio sobre maras y pandillas hecho ese mismo año estimaba que entre sus integrantes hay más de 5,000 adolescentes y jóvenes de entre 14 y 25 años, incluyendo 900 adolescentes mujeres. Estas personas tienen baja escolaridad y frecuentemente han sido víctimas de violencia intrafamiliar.

El Sistema de Justicia Penal Especial, que atiende a la adolescencia en conflicto con la ley, establece que la privación de libertad debe ser la última medida en aplicarse, pero es la modalidad más generalizada para sancionar infracciones penales. Aún queda mucho por hacer en materia de prevención de la violencia social hacia la población adolescente y para ampliar la gama de alternativas de reinserción social de quienes han infringido la ley.


Entre los resultados previstos, para el año 2016, se espera que las y los adolescentes -especialmente aquellas personas más vulnerables, como quienes viven en áreas urbanas marginales, indígenas o afrohondureños- estén empoderados y participen en el reconocimiento de sus derechos, con el fin de lograr su máximo potencial mediante el aumento de mayores oportunidades de aprendizaje.

Prevención de VIH/SIDA y embarazo adolescente

© UNICEF Honduras/2011/Villeda
El programa también abordará la prevención del VIH-SIDA y el embarazo adolescente. Para impulsar las medidas mencionadas, se buscará forjar alianzas estratégicas con los medios de comunicación social.
Las conductas de riesgo de la población adolescente continúan siendo un reto significativo para el país. El embarazo precoz, que afectó a un 21,5% del total de adolescentes entre 15 y 19 años de edad en 2006, se explica -entre otros factores- por la falta de información suficiente sobre salud sexual y reproductiva y por el inicio de la vida sexual activa a edades cada vez más tempranas: 16 años en las mujeres y 14 años en los hombres, en promedio. La mitad del grupo masculino y un tercio de la población femenina practican relaciones sexuales sin protección. Dos de cada tres casos de nuevas infecciones con el VIH/SIDA se registran en la población comprendida entre los 15 y los 25 años de edad.Entre los resultados previstos, se espera que para el año 2015, el 80% de la adolescencia de los municipios priorizados cuenten en sus centros educativos con información para la vida pertinente y relevante, con enfoque de género, contribuyendo a la prevención del VIH/SIDA, embarazo y diversas formas de violencia, abuso y explotación. Un año después, se espera que la infancia y adolescencia de estos municipios participen en el proceso de formulación de políticas y programas que les afecten, y generación de habilidades para la vida, que incluye la prevención de VIH, embarazo y diversas formas de discriminación, violencia, abuso y explotación.